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  • Entre las débiles previsiones de crecimiento y el peso de la deuda

    El Gobierno se queda solo. Por un lado, aún resonaban ayer los ecos de la fallida huelga general del pasado miércoles, con ofertas cruzadas de diálogo sin atender.

    Por otro, España perdió la última de sus triples A y todas las agencias de calificación han levantado objeciones contra las medidas planteadas por el Ejecutivo. Y, por último, el Banco de España volvió a rebajar las expectativas del Ejecutivo.

    El organismo gobernado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, coincidiendo con la mayoría de los analistas, avisó de que la actividad se contraerá en el tercer trimestre del año. A fin de cuentas, el propio Zapatero avisaba el 30 de agosto de este hecho con su habitual estilo: “puede que el tercer trimestre no sea tan bueno como el segundo”, decía entonces el presidente del Gobierno. Sin embargo, se da el hecho de que la vicepresidenta Salgado insiste en que no ser registrarán tasas trimestrales negativas en la economía española.

    Fuente: Expansión.com