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  • Cómo gestionar y retomar la relación con el cliente tras un impago

    Generalmente cuando un cliente nos lleva a una posición acreedora en la que no se nos ha satisfecho el pago de nuestra factura, la relación con éste cliente se ve deteriorada notablemente y es posible que irónicamente perdamos a un buen cliente.

    Tenemos que hacer el ejercicio necesario de evaluar cuáles han sido las condiciones reales y demostrables sobre las que se ha producido el impago a nuestro favor.

    Si tras examinar detalladamente que el impago de nuestra factura ha respondido a una doble situación puntual e involuntaria, será cuando podamos “dar otra oportunidad al cliente”.

    Puntual ya que debe de ser una situación de falta de liquidez que no debe de volver a repetirse en las relaciones comerciales y mercantiles que mantengamos en el futuro con el cliente.

    Involuntaria por que debe de ser una situación de impago producida por una causa mayor en la que se nos ha impagado la factura por causa mayor.

    Ganar la confianza será una de las cosas con las que deberá de trabajar nuestro cliente si éste desea volver a contar con nosotros cómo proveedor habitual. Para ello, no está de más que pidamos señas o avales que garanticen que la situación de impago anterior, no va a volver a tener lugar en el transcurso de las relaciones comerciales.

    Si el cliente declina cualquier tipo de nueva condición que ofrezcamos cómo contrapartida a la situación de impago en la que nos ha hecho vernos envueltos, posiblemente suponga un nuevo atentado a medio o largo plazo contra nuestro derecho cómo acreedores.

    impago

    En cualquier caso, alterar las formas de pago para aquellos clientes bajo los que pesa la sombra de la duda, siempre es una buena alternativa para reducir el riesgo de impago que podamos afrontar en un futuro.

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