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  • Saber detectar a un futuro cliente moroso.

    Saber detectar a un futuro cliente moroso.

    A veces el problema que se nos presenta cómo prestadores de servicios o vendedores de productos, es el no saber identificar cuáles de nuestros clientes pueden llegar a dejarnos a deber una o varias facturas. Si bien es cierto que no hay recetas milagro, existen una serie de pautas y orientaciones que puedan ayudarnos a catalogar a posibles clientes problemáticos.

    Índice del artículo

    1) La forma de pago

    2) Los primeros retrasos en el pago

    3) Qué medidas tomar

    La forma de pago.

    En el desarrollo de nuestra actividad mercantil, probablemente establezcamos formas de pago que exijan vencimientos o cobros a 30, 60 o 90 días tras la emisión de la factura. En este caso y actuando cómo proveedores del cliente, será cuando establezcamos la forma de pago por recibo bancario.

    A pesar de que esta forma de pago se la más común en operaciones inter-empresas, es la que mayor riesgo de impago entraña ya que tras emitir nuestro recibo bancario, el deudor podrá devolver el giro bancario hasta 30 días después del apunte.

    Ofrecer descuentos por pronto pago (también llamados rappels) premiando la forma de pago por transferencia bancaria, puede ser una buena herramienta para detectar aquellos clientes quieren pagar sus facturas a tiempo y que no van a generarnos problemas futuros.

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    Los primeros retrasos en el pago.

    A pesar de que premiemos la prontitud en el pago de nuestras facturas o bien que sea aceptada la transfernecia cómo forma de pago, puede ocurrir que existan retrasos en el pago de nuestras facturas.

    Estos retrasos pueden venir motivados por una falta de liquidez transitoria de nuestro o cliente o bien, otro tipo de circustancias premeditadas que puedan originarnos un impago que afecte a nuestra tesorería. 

    Por esta razón, se recomienda siempre que una vez que se confirme el pago de la factura, de cuando se lleve a cabo la entrega del material o la prestación del servicio. De este modo estaremos limitando en buena parte el riesgo de impago que podamos llegar a sufrir cómo acreedores.

    Qué medidas tomar.

    Llegados al punto de que nuestro deudor no atienda al pago de nuestra factura, debemos de seguir un pequeño protocolo de actuación desde nuestra propia empresa que nos sirva para distinguir si nuestro cliente será un futuro moroso o no.

    Paso 1: Primera toma de contacto tras el impago.

    Desde nuestro departamento contable o administrativo, debemos recoger la información que nos desvele el origen del restraso o el impago de nuestra factura. A menudo puede llegar a ser un mero retraso involuntario debido a una gestión a destiempo en remesas de pagos por parte de nuestro cliente.

    Paso 2: Establecer nuevo calendario de pagos.

    Tras esta primera toma de contacto, debemos de otorgar un nuevo plazo prudencial para el cobro de nuestra factura. Este punto es de vital importancia ya que pese a que deberíamos haber cobrado ya nuestra factura, vamos a dar un nuevo plazo que se recomienda no se amplíe a 15 días.

    Paso 3: Transcurrido el plazo amistoso.

    Si todo va bien, no tendremos problemas en cobrar nuestra deuda, nuestro cliente moroso, dejara de ser catalogado cómo tal y volverá la actividad normal. En caso contrario, deberemos emplear el recobro de deudas y catalogar a este cliente cómo moroso de nuestra firma.

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