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  • El Procedimiento declarativo o juicio declarativo en España: Un Análisis Profundo

    El Procedimiento Declarativo o juicio declarativo en España: Un Análisis Profundo

    El procedimiento declarativo es uno de los principales mecanismos legales para la resolución de disputas en el sistema judicial español. Este tipo de juicio puede ser utilizado en una amplia gama de casos, desde conflictos contractuales hasta disputas de propiedad. En este artículo, examinaremos los diferentes aspectos del procedimiento declarativo, desde su inicio hasta su conclusión.

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    1. ¿Qué es el procedimiento declarativo?

    El procedimiento declarativo es un tipo de juicio en el que un tribunal se pronuncia sobre la existencia de derechos o relaciones jurídicas entre las partes. Este procedimiento puede utilizarse para resolver una amplia gama de conflictos, desde disputas de propiedad y contractuales hasta asuntos de familia y herencias.

    El procedimiento declarativo es un tipo de juicio en el que se busca obtener una declaración judicial que establezca, reconozca, determine o declare la existencia de un derecho o una relación jurídica. Este tipo de procedimiento se opone al procedimiento ejecutivo, que tiene como objetivo cumplir o hacer cumplir lo establecido en una resolución judicial previa.

    En el sistema jurídico español, los procedimientos declarativos se dividen en dos categorías principales: juicio verbal y juicio ordinario.

    2. Tipos de procedimientos declarativos

    Hay dos tipos de procedimientos declarativos en España: el juicio ordinario y el juicio verbal. La elección entre uno u otro depende del valor de la reclamación y de la naturaleza del caso.

    Juicio ordinario

    El juicio ordinario es uno de los tipos de procedimientos declarativos existentes en el sistema judicial español, destinado a resolver conflictos legales de naturaleza civil y mercantil. Este tipo de juicio se aplica en general cuando la cuantía en disputa excede los 6.000 euros, aunque también se utiliza para ciertas categorías de casos, independientemente de la cantidad en disputa, debido a su complejidad o relevancia jurídica.

    El proceso de un juicio ordinario incluye las siguientes etapas:

    Presentación de la demanda: La parte demandante presenta una demanda por escrito al tribunal, detallando los hechos, la base legal de su reclamo y lo que se está buscando con el juicio.

    Admisión de la demanda y contestación: El tribunal admite la demanda y se la notifica al demandado, quien tiene un plazo para presentar una contestación por escrito en la que puede admitir o negar las alegaciones de la demanda, presentar sus propios argumentos y pruebas.

    Audiencia previa: Una vez admitida la contestación de la demanda, el juez convoca a las partes a una audiencia previa en la que se intenta llegar a un acuerdo, se admiten las pruebas presentadas y se programa la fecha para el juicio.

    Juicio: Durante el juicio, las partes presentan sus pruebas y argumentos ante el juez.

    Sentencia: Después del juicio, el juez emite una sentencia que resuelve el conflicto.

    El juicio ordinario es un proceso legal formal que ofrece a las partes la oportunidad de presentar sus argumentos y pruebas ante un tribunal imparcial.

    Juicio verbal

    excepciones donde se aplica independientemente de la cantidad, debido a la naturaleza específica del caso. Algunas de estas excepciones pueden incluir casos relacionados con arrendamientos urbanos, propiedad horizontal, y derechos al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, entre otros.

    Las etapas de un juicio verbal incluyen:

    Presentación de la demanda: La parte demandante presenta una demanda por escrito al tribunal, explicando los hechos y la base legal de su reclamo.

    Convocatoria a juicio: Si el tribunal admite la demanda, convoca a las partes a una vista oral. En este tipo de juicio, no hay una fase de contestación por escrito a la demanda, como en el juicio ordinario. El demandado se entera de las pretensiones del demandante al recibir la citación para el juicio.

    Vista oral: Durante la vista oral, el demandado puede oponerse a las pretensiones del demandante, y ambas partes pueden presentar pruebas y argumentos. También se permite el intento de conciliación entre las partes.

    Sentencia: Después de la vista oral, el juez emite una sentencia que resuelve el conflicto.

    El juicio verbal es un proceso más ágil y rápido que el juicio ordinario, destinado a resolver casos de menor cuantía o de ciertos asuntos específicos de manera más eficiente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, a pesar de su nombre, el juicio verbal implica tanto elementos orales como escritos.

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    3. Inicio del procedimiento declarativo

    El procedimiento declarativo comienza con la presentación de una demanda por parte del demandante. Esta demanda debe ser presentada por escrito y debe incluir una descripción detallada de los hechos, los fundamentos jurídicos en los que se basa la reclamación y la petición concreta al tribunal.

    4. Contestación a la demanda

    Una vez notificada la demanda, el demandado tiene un plazo para contestarla. En su respuesta, puede admitir o negar las alegaciones del demandante y presentar sus propios argumentos legales y pruebas.

    La contestación a la demanda en un juicio declarativo es un paso crucial del proceso legal en el sistema judicial español. Después de que la demanda es presentada por la parte demandante y admitida por el tribunal, se notifica al demandado, quien tiene un plazo específico para contestar. Esta contestación es su oportunidad para responder a las alegaciones y pedimentos de la demanda, presentar sus propios argumentos y pruebas, y defender sus derechos e intereses.

    A continuación se detallan algunos aspectos clave de la contestación a la demanda:

    Forma y plazo: La contestación a la demanda debe ser escrita y presentada dentro de un plazo determinado. Para un juicio ordinario, el plazo es de 20 días hábiles desde la notificación de la demanda. En cambio, en un juicio verbal, la contestación se realiza oralmente durante la vista oral.

    Contenido: La contestación a la demanda debe responder a todas las alegaciones y pedimentos de la demanda. El demandado puede admitir o negar los hechos presentados por el demandante, y debe exponer sus propios argumentos y pruebas. También puede alegar excepciones procesales, es decir, problemas con la forma en que se ha llevado el proceso, como la incompetencia del tribunal o la indebida acumulación de acciones.

    Reconvención: En la contestación a la demanda, el demandado también puede presentar una reconvención si tiene un reclamo contra el demandante. La reconvención es una contra-demanda que se plantea dentro del mismo proceso.

    Efectos: Si el demandado no contesta la demanda en el plazo establecido, puede ser declarado en rebeldía. Esto significa que el proceso puede continuar sin su participación y puede llevar a una sentencia desfavorable para él.

    La contestación a la demanda es una etapa clave en el juicio declarativo, pues es la oportunidad principal para el demandado de defenderse y presentar sus argumentos y pruebas. Por ello, es crucial que se haga de manera cuidadosa y completa, preferiblemente con el asesoramiento de un abogado.

    5. Fase de audiencia previa y prueba

    Después de la contestación a la demanda, se celebra una audiencia previa en la que se intenta llegar a un acuerdo, se admiten las pruebas propuestas por las partes y se fija la fecha para la vista oral. En la vista oral, las partes presentan sus pruebas y argumentos ante el juez.

    La fase de audiencia previa y prueba es una etapa crucial en un procedimiento declarativo, especialmente en el juicio ordinario dentro del sistema jurídico español. Su propósito principal es preparar el caso para el juicio, lo que incluye la posibilidad de alcanzar una solución acordada, el examen de cuestiones procesales pendientes y la admisión de pruebas. A continuación, se describen los elementos clave de esta fase.

    Audiencia previa

    La audiencia previa se celebra después de que el demandado contesta la demanda. Su objetivo es resolver cualquier asunto procesal pendiente y preparar el caso para el juicio. Durante la audiencia previa, pueden suceder varias cosas:

    Intento de acuerdo: Antes de entrar en los aspectos técnicos del caso, el juez ofrece a las partes la oportunidad de llegar a un acuerdo. Si se llega a un acuerdo, se pone fin al proceso y se levanta un acta que tiene valor de sentencia.

    Cuestiones previas: Las partes pueden plantear cuestiones previas relacionadas con defectos procesales, como la falta de jurisdicción o competencia del tribunal, la indebida acumulación de acciones o de partes, etc.

    Admisión de pruebas: Las partes proponen las pruebas que desean utilizar en el juicio. El juez decide si estas pruebas son pertinentes y útiles para el caso, y por lo tanto, si se admiten o no.

    Fase de prueba:

    Una vez resueltas las cuestiones procesales y admitidas las pruebas en la audiencia previa, comienza la fase de prueba. Durante esta etapa, las partes presentan sus pruebas ante el tribunal. Estas pueden incluir pruebas documentales, testigos, peritos, pruebas videográficas, entre otras.

    Es importante destacar que la carga de la prueba recae en la parte que afirma un hecho. Por ejemplo, si una parte alega que un contrato existe, es su responsabilidad probarlo.

    La fase de audiencia previa y prueba es fundamental para un juicio declarativo, ya que prepara el terreno para la vista oral y, en última instancia, para la decisión final del juez. Por esta razón, es esencial contar con la asesoría de un abogado durante estas etapas del proceso.

    6. Sentencia

    Finalmente, después de la vista oral, el juez dicta una sentencia. Esta sentencia es vinculante para las partes y puede ser apelada ante un tribunal superior. En conclusión, el procedimiento declarativo es una herramienta legal esencial para resolver disputas en España. Aunque el procedimiento puede ser complejo, su finalidad es garantizar que todas las partes tengan la oportunidad de presentar sus argumentos y pruebas ante un tribunal imparcial.

    La sentencia es el acto final y decisivo en un juicio declarativo. Es el momento en el que el juez o tribunal decide sobre el caso que se le ha presentado, basándose en la demanda y la contestación de la demanda, así como en las pruebas y argumentos presentados durante el proceso.

    La sentencia debe contener los siguientes elementos:

    Encabezamiento: Esto incluye el lugar y la fecha en que se dicta la sentencia, así como la identificación del tribunal y de las partes.

    Antecedentes de hecho: Aquí el juez resume los hechos del caso tal y como han sido presentados durante el proceso. Este resumen debería reflejar de manera imparcial y precisa lo que las partes han dicho y probado.

    Fundamentos de derecho: En esta sección, el juez explica las normas legales que son aplicables al caso y cómo se aplican a los hechos que se han establecido en los antecedentes. Esta es la parte más importante de la sentencia, ya que muestra cómo el juez ha llegado a su decisión.

    Fallo o parte dispositiva: Esta es la decisión final del juez sobre el caso. El juez decide sobre las pretensiones de las partes, declarando quién tiene razón y qué consecuencias jurídicas se derivan de ello. Esto puede incluir la condena a pagar una suma de dinero, la obligación de hacer o no hacer algo, la declaración de que existe un derecho, entre otras cosas.

    Firma: La sentencia termina con la firma del juez o jueces que la dictan.

    La sentencia es vinculante y debe ser acatada por las partes. Sin embargo, puede ser objeto de recurso ante un tribunal superior si una de las partes considera que se ha cometido un error de derecho en la sentencia.

    La sentencia en un juicio declarativo es un documento clave que resuelve el conflicto legal y determina los derechos y obligaciones de las partes. Por lo tanto, es crucial que las partes entiendan la sentencia y, si es necesario, busquen asesoramiento legal para interpretarla y decidir los próximos pasos.

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